En el costado está, casi como si fuera su sitio natural
cuando no quiero saber de él, se hace sentir
cuando pienso en él, se hace notar y aprieta
cuando duermo, me despierta y nada de sutilezas.
Lo conocen quienes me sufren cada día
me piden, casi me ruegan que lo aparte de mi vida
pero el está, invisible a las miradas, sordo a las plegarias
buscando todo el tiempo mi atención.
No se quien me lo dio, tengo mis sospechas
pero se acomodó en mi costado y ahí está
al respirar, al caminar, al pensar sobretodo
me da pánico, me hace débil; él lo sabe y disfruta...
"Cuando siento algo diferente dentro de mi
miro siempre en la dirección donde yo nací..."
El novio del olvido
Andrés Calamaro
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